Posteado por: Skurch | 9 septiembre 2009

Contra toda memoria

Puno-altoA día de hoy puedo decir que se ha producido el milagro de la transfiguración ante nuestros propios ojos, y ha sido tan paulatino, tan leve, como el crecimiento de una planta (pongamos una ortiga), o el desgaste de los pilares de un puente por una persistente corriente de agua, que apenas ha sido notado… hasta hoy, pues el cambio ha sido consumado. Y todo un siglo, cinco desgarradas generaciones de personas, han sido olvidadas de un capirotazo dialectico.

La generación que emergió de la edad oscura que supuso el régimen franquista, como último régimen fascista de una Época Negra, miraba con desprecio y e indiferencia a los pocos que enarbolaban con orgullo el águila y los colores imperiales contra sus semejantes. Esa generación emergente, de personas con capacidad para perdonar y seguir adelante, se escupió en las manos y se dispuso a trabajar para que jamás se volviera a repetir. La vergüenza era un campo de repulsión que rodeaba a esos pocos herederos del Régimen, que impedía que los demás se acercaran siquiera a escucharlos. Pero también ellos se pusieron manos a la obra…

El Partido Popular cree haber consumado su transformación saliendo de la pupa del régimen como mariposa democrática que, a poco que se reflexione, no oculta que solo es un gusano con alas de brillantes colores. Atrás queda ya su fundación en la Transición cuando se gestó nuestra baqueteada Constitución, cuyos votos en contra fueron en un 80% provenientes de aquella Alianza Popular, y atrás queda su progresiva fagocitación de todo partido que representara cualquier tipo de derecha. El Partido Popular ha conseguido hacer olvidar aquella Alianza Popular cargada de ministros, gobernadores y altos funcionarios del régimen y la Falange, la Alianza Popular, fiel Defensora de la Fe y de la España Una, Grande y Libre, nuestro amado Imperio Español, para ir progresivamente asentándose como los Guardianes de la Unidad de España, para hacerla Mayor, y Liberal. Toda una malabarística lección de sinonimia.

Alianza Popular era lo de antes. Todo el mundo lo percibía. Ser la Derecha era algo vergonzoso (razones sobran), y se hacía necesario borrar huellas. Al fin y al cabo, la generacion sufriente estaba en su apogeo. Y recordaban.

Con la “refundación”, el Partido Popular hizo ver que había dejado todo atrás, que no era el heredero del régimen, y que su objetivo era “fortalecer el Estado de Derecho”. Pero el Estado de Derecho, como la Ley, tiene su letra y su espíritu. Y siguiendo la letra, se puede ir contra su espíritu.

El Estado de Derecho son unas nuevas reglas, un nuevo juego, que hay que aprender, que practicar, para ganar. Como cualquier niño que tiene que aprender un nuevo juego, el ensayo y error ha sido su pauta, siguiendo un sencillo principio marxista “estos son mis principios, si no le gustan tengo otros” (de Groucho Marx, por supuesto), ha ido refinando su modelo y representación poco a poco.

La crispación y la suma de errores socialista da a la Derecha de Aznar la oportunidad de mostrar una cara amable, salvadora… durante unos años. La primera impresión es la que cuenta. Ser de derechas ya no es vergonzoso. Casi mola.

Y todo sigue adelante. El lema “Navarra no se vende” no cuajó lo esperado, “España se rompe” no terminó de cumplir su objetivo pero era atrayente, el anticatalanismo tuvo sus rentas aunque no suficientes, “el gobierno está con los terroristas” fue un mordisco que se llevó un buen pedazo del pastel… pero cada vez se acercan más y más, a pesar de que Navarra no se vendió, ni España se ha roto, y los catalanes… bueno, la herida sigue abierta, pero el tiempo lo cura todo, y acabarán perdonando.

La titánica y dispersa lucha contra la Ley de Memoria Histórica, la reiterada y orgullosa negativa a condenar el régimen franquista, el “sí pero no” jugueteo con los derechos de la población homosexual, la interna olla exprés ultracatólica que pita y pita sin parar, afean esa nueva apariencia, y obligan a encalar y reponer bombillas que distraigan al personal.

La nueva generación ya no recuerda tanto, no hace muecas ante la bandera y el águila, le es indiferente lo que antes era espeluznante. El momento se acerca…

La mentira mediática gubernamental del 11M al 14M, la “teoría de la Conspiración”, el “tamayazo”, “los espías de Aguirre”,  despoja de credibilidad al Partido Popular, pero al mismo tiempo, consigue erosionar la credibilidad política general en igual medida, con la ventaja de saberse respaldados por una gran cantidad de votantes inmunes al desaliento, al contrario que sus oponentes, y en cada tambaleo del edificio del Estado de Derecho “yo pierdo menos que tú”.

La última estocada se llama “todos los políticos son iguales”, con el caso Gürtel como ejemplo magnificado por la lupa de la caradura, en un frenesí de corrupción interna el Partido Popular señala como culpables al PSOE, a la Policía, a los jueces, a España y la Humanidad, y lapida públicamente conceptos esenciales de nuestra sociedad en acusaciones sin pruebas.

Todo lo indica. El Partido Popular, Alianza Popular, el régimen franquista falangista, la derecha ultracatólica de nuestra España Profunda, ha aprendido a jugar en este nuevo estadio  como visitante, en este nuevo juego llamado el Estado de Derecho. Ahora sí, ser de derechas mola.

Porque la Derecha considera rehabilitada a los ojos de Dios y de los Hombres, y el Puño en Alto, símbolo de la lucha obrera, es una ofensa a sus ojos, y está en la obligación de denunciarlo públicamente: el movimiento obrero es comparable al régimen fascista o estalinista. Ea, alguien tenía que decirlo.

Y lo que era impensable hace unos años, finalmente ha sucedido.

Ya están aquí.


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